sábado, 18 de junio de 2011

¿Dónde estás?

De golpe, ha llegado el momento de darse cuenta que no necesitas a las personas. No te hacen falta. Estás bastante bien así como estás, sola. Las personas sólo te hacen daño. Si, te dan momentos alegres, una sensación aparente de confidencialidad, una certeza momentánea de que siempre van a estar ahí para que sientas todas esas ilusiones que te hacen tan feliz. Puedes llegar a sentir amor, ganas de contar hasta tu más profundo secreto y pensamiento y que te cuenten los suyos. Cuando estás acompañada de la persona precisa en el momento indicado te puedes sentir inmensamente llena,con ganas de hablar y conoceros. Y hablar hasta que no les de más la voz. 
Pero la verdad es que ya no tienes tiempo. Ya no tienes tiempo para preguntarte por qué esa persona que necesitas ahora no está ahí. Por qué de repente dejó de importarle tanto si estabas sonriendo o no. Por qué no da señales de vida.  
La verdad es que las personas estamos hechas para preocuparnos por nosotros mismos, y por nadie más. No es necesario estar pendiente de si otro te necesita, de acudir siempre a la llamada de socorro de nadie. Que cada uno se las arregle. 
Métetelo bien en la cabeza, pequeña princesa.
Sobretodo la gente pequeña e ingenua como tú, tiene que saber eso muy bien. Aun no te has conocido lo suficiente a ti misma, como para que los demás te conozcan. No tienes más tiempo. La realidad no es "acompañada, feliz" y "sola, triste" sino todo lo contrario. Aprende a estar contigo misma y hazte regalos a ti, nadie más los apreciará más que tú. Deja de aplastarte a ti misma en la meta de complacer a todo el mundo siempre. 
Te estás destrozando por dentro. Y si no te arreglas tú ahora, nadie lo va a hacer.

viernes, 17 de junio de 2011

"El día que llegue el fin del mundo quiero que nos sorprenda haciendo el amor, porque lo último que quiero sentir son nuestros intentos por fundirnos el uno al otro. Quiero que el último recuerdo que tenga de mi vida sea el sabor de tu saliva en mis labios, el tacto de tus manos apretándome la espalda, tu olor, tus orgasmos suicidándose en mis oídos. Cuando el planeta empiece a partirse en dos quiero anclarme a tus jadeos… pecho con pecho, absorber todos y cada uno de tus latidos. Y que no pares de repetirme, con respiración violenta e intermitente, que me quieres… que me quieres y que nunca dejarías de hacerlo...
...aunque fuera el fin del mundo." 

jueves, 16 de junio de 2011

No sé si sabes


Que hay un punto en el que tienes que dejar de jugar con la gente. Hay un punto en el que todos nos cansamos de dejar pasar, de perdonar y de olvidar. No sé si sabes que los que pensamos en tu bienestar no podemos seguir permitiendo que a ti te la sude un huevo el nuestro.
Me cansa tu arrogancia, me cansa que me sonrías y tener que hacer como que no ha pasado nada. Es agotador ser amable después de un desprecio, que no escuches mis consejos, que nunca sea lo suficientemente buena para ti. 
Quererte es lo más cansado que me ha tocado hacer en la vida. No sé si lo sabes.

miércoles, 15 de junio de 2011

Abrió rápidamente la puerta y se cayó por el hueco del ascensor.

No le tememos a la muerte, tememos a irnos sin dejar rastro. Sin que nadie se entere y rompa a llorar. 


El universo nos manda pequeñas señales y nuestro deber es interpretarlas, abrazarlas, dibujarlas. Yo, tras varios intentos de moldear mi cabeza, sigo aquí sentada en la cama, sin saber a dónde ir. A dónde ir a parar es la cuestión. Me atormenta la idea de los remordimientos, del desencanto, de la desdicha, y no puedo hacer nada para evitarlo. No puedo ponerme extensiones y hacer como si nada ha pasado. Mi cama es una ruina y la espalda me cruje cansada de cargar con mi positivismo a todas partes.
A todos nos puede pasar algo. Podría morir ahora mismo  cuando baje a por algo de comer. No quiero malgastar horas, ni siquiera un minuto más en llorar, a no ser que sea bajo la lluvia o encima de un escenario.


Yo tengo mi historia. Mi historia triste, como todo el mundo; pero por lo menos no estoy muerta por dentro.

Estoy en B/N

Hay cosas que no soporto.
No soporto esperar, no soporto el sirope de fresa, no soporto las obligaciones, no soporto a los cuerpos perfectos, no soporto que la corriente haga que la puerta de portazos, no soporto las baldosas blancas, no soporto que digan "mazo", no soporto la sensación del sol quemándome la parte superior de la espalda, no soporto el interés, no soporto que me hagas sentir culpable, no soporto los plagios, no soporto tener que despertarme a un hora, no soporto que me digan mis defectos, no soporto a la gente que me hace sentir imbécil citando de memoria discursos que leyeron hace algunos días, no soporto las preguntas tontas.. 
Pero lo que menos soporto, lo que ya no aguanto más es quererte y no tenerte. No soporto saber que me quieres y no verte.

martes, 7 de junio de 2011

Y sigue lloviendo.

He dormido toda la noche, toda la mañana y toda la tarde; y en realidad no he dormido absolutamente nada. Me empeñaba todo el rato en soñar contigo, en imaginarte a mi lado. Me concentraba para visualizarte en algún sueño, sentir tu calor junto a mi y verte en mi cabeza. Permanecí inmóvil  durante horas, despierta aunque con los ojos bien cerrados, rechazando cualquier pensamiento en mi cabeza que no fuera tu cuerpo cerca del mío. 
Y es que, aunque no te tengo aquí, te anhelo más que al verano, más que ha cualquier otra persona, más que ha mi propio sueño.

domingo, 5 de junio de 2011

Mil engaños.

Te he escrito mil veces, te he dedicado mil canciones, has consumido mil de mis lágrimas, mil insultos míos, mil sonrisas tontas, mil de mis noches. 
La tonta cae mil veces en la misma trampa. Mil engaños de tus ojos de serpiente, que me mienten sin remordimiento. Mil veces he dicho: hoy no caeré. Mil engaños, la gente puede cambiar para así no sentirte sola. 
En el fondo, mil veces te he dejado volver sólo por el temor a dormir sola otra noche. 
Mil engaños tuyos; mil de mis engaños.